En las vísperas del día de todos los Santos  recordamos el “milagro de las Castañas” de Don   Bosco .


La víspera de todos los Santos en nuestra Casa, se ha celebrado, cumpliendo con todas las medidas de seguridad,  recordando a Juan Bosco.

En la mañana del día 30 de octubre, la asociación padres y madres de alumnos del colegio, como ya es tradición, nos ofrecieron unas castañas asadas, recordando el famoso milagro de Don Bosco en el oratorio.

¡Gracias a todos los colaboradores y los que hacen posibles estas iniciativas!

Para los curiosos así describe Teresio Bosco este pasaje de la vida de Juan Bosco:

            El día de Difuntos llevó Don Bosco a todos los Muchachos del Oratorio a visitar el cementerio y rezar. Les había prometido, para la vuelta, castañas cocidas. Y había hecho comprar tres grandes sacos. Pero Mama Margarita no había entendido bien sus deseos y no hizo cocer más que tres o cuatro kilos. José Buzzetti, el jovencísmo “ecónomo”, llegó antes que los demás a casa, vio lo sucedido y dijo:- Don Bosco va a quedar mal. Hay que decírselo enseguida. Pero con el alboroto de la vuelta de la hambrienta tropa, Buzzetti no supo explicarse. Tomó en sus manos Don Bosco la pequeña cesta y empezó a repartir castañas con un gran cucharón.

En medio de la barahúnda le gritaba Buzzetti:- ¡Así no! ¡No hay para todos!- Hay tres sacos en la cocina- ¡No! ¡Sólo esas! ¡Sólo esas!. Intentaba decirle Buzzetti. Don Bosco no quería creerle.- Yo les he prometido a todos. Sigamos mientras haya.Siguió entregando un cazo a cada uno. Buzzetti miraba nervioso los pocos puñados que quedaban en el fondo del cesto, y la fila de los que se acercaban, que parecía cada vez más larga. Alguno empezó a mirar con él. De pronto casi se hizo silencio. Centenares de ojos desencajados miraban a aquel cesto que no se vaciaba nunca; Hubo para todos. Quizás por primera vez, con las manos llenas de castañas, gritaron los muchachos aquella tarde:

“¡Don Bosco es un santo!”.

Desde entonces cada salesiano, cada salesiana, en las familias, los oratorios y centros juveniles se recuerda el milagro: como signo de lo que Don Bosco es capaz de hacer por sus jóvenes, como recordatorio de lo que cada uno podemos hacer por nuestros chicos y chicas.

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