Tres años después de su fallecimiento, la ciudad de Utrera rotulará una plaza con el nombre del sacerdote salesiano Juan José Gutiérrez Galeote. El 31 de enero, solemnidad de San Juan Bosco, es la fecha elegida para la materialización de dicho homenaje.
El lugar escogido para el recuerdo permanente a este presbítero es un espacio que ha sido acondicionado recientemente por el Ayuntamiento, situado entre la barriada Salesianos y el propio centro educativo, al final del callejón de la Fruta.
El alcalde, José María Villalobos, explicó a Utrera Digital que «pensamos que puede ser el lugar más adecuado por las implicaciones que tiene, ya que ese lugar era antiguamente terreno del colegio, se encuentra junto al centro, está en el camino que va hacia la sede del proyecto ‘Oberti’ que él tanto quería, y tiene unos elementos muy identificativos para los Salesianos como son los juegos infantiles y una pista deportiva».
Durante enero de 2021, coincidiendo con la festividad del fundador de esta congregación religiosa, se dio conocer la aprobación por parte de la junta de gobierno local de Utrera de conceder un espacio público a la memoria de quien falleció siendo director de la Casa salesiana de la localidad. Ahora, tras haber culminado todo el proceso administrativo, se procederá a la inauguración de dicho enclave, que será rotulado como ‘Plaza Juan José Gutiérrez Galeote, SDB’. En palabras del regidor local, «con la rotulación de esta calle, Utrera rinde homenaje a uno de sus vecinos más queridos, una persona reconocida en su vocación, de la que hizo su profesión y su vida, a la que tuve la suerte de conocer y que ejerció con humildad, como él era».
Familiares y amigos del homenajeado estarán presentes en un acto en el que se recordará la memoria de Gutiérrez Galeote, cuya muerte conmocionó a la ciudad, al contar solamente con 45 años. Tras su funeral, el alcalde destacaba que había sido «el más multitudinario de Utrera desde hace muchos años, y es que Juan José fue una persona realmente extraordinaria que te llenaba el alma cada vez que cruzabas con él dos palabras».
Este presbítero gozó de una enorme popularidad, que supo mantener y acrecentar, gracias a su incuestionable personalidad, ganándose el cariño de todos aquellos que tuvieron la suerte de compartir momentos con él. Simpático, con un humor característico de su Cádiz natal, hiperactivo y cercano, tuvo una intensa vida de entrega -más de 25 años al servicio de los demás-.
Era un cura cofrade, que conocía las claves más profundas de la Semana Santa hasta el punto de que estaba previsto que el año de su muerte pronunciara el pregón de Utrera. Sus excelentes homilías le habían llevado a ser uno de los predicadores más solicitados por las hermandades para sus cultos principales. Como director fue tenaz, con dotes de mando y una enorme capacidad para organizar y activar la vida del centenario colegio de Utrera, entregándose a las causas más notables con altruismo, movido por el amor a los demás.
Galería de fotos:
Comentarios recientes